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miércoles, 6 de junio de 2012

Gatocóptero.

El artista y diseñador Bart Jansen, al parecer como homenaje a su gato, ha realizado esta pieza de difícil calificación. La neutralidad crítica nos obliga a evitar comentarios acerca del gusto de su autor (en realidad la pieza me parece notable, y aunque lo es todavía más por no tratarse de una reproducción, sino de la mascota del artista disecada, este hecho me hace dudar de su respeto por el uso gratuíto de animales en piezas de arte o lo que sea, acerca de lo cual ya he dado cuenta en anteriores entradas) pero Orvillecopter
(así ha titulado su obra) es una obra sin duda llamativa y memorable por razones tal vez excesivamente obvias. Quien no se sienta ofendido puede que encuentre la obra original o divertida, o tal vez chocante, absurda, ridícula o poética, pero es difícil separar la afectividad hacia las mascotas de la indiferencia ante su momificación, especialmente al ser tratado el cuerpo como un mero objeto de manufactura.
Orvillecopter






4 comentarios:

  1. Hostia, que mal rollo, Manoel..!
    (Yo no siento demasiada atracción por esos felinos...)

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  2. Siguiendo el hilo de la neutralidad crítica, simplemente me pregunto qué pasaría si yo mañana disecara a mi abuela por puro cariño, le pusiera rueditas y la utilizara como carrito de la compra...

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  3. Va más allá del mal rollo. Es más: lo preocupante es el buen rollo. He de confesar que esta pieza tiene algo que me gusta, como lo tienen muchas de las que se recogen en el blog de Taxidermia del que ofrezco un link en la barra lateral, pero, sea por deformación cultural o por instinto, rechazo este tipo de trabajos desde mi fuero interno.
    Como bien dice Javier (y el caso a estudiar sería el de la exposición "Bodies", que apruebo en base a su planteamiento, pero que abre una vía que no me gusta -me encanta el cine de Leone, pero no los sucedáneos de Espaggetti Western made in Almería-) si seguimos el hilo de la neutralidad crítica acabaremos viendo arquitectura de vanguardia con víctimas de accidentes de tráfico, si es que no nos convertimos antes en un carrito de la compra: práctico a la par que impactante...hasta que se pase de moda.

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