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lunes, 18 de noviembre de 2013

Óptica y percepción audiovisual. Jim Frazier y la renovación del documental naturalista.



Hace años, allá por los 90s, aparte de la espectacularidad de medios legendaria en National Geographic,  la calidad de las producciones documentales inglesas sobre naturaleza eran poco menos que indiscutibles. Indudablemente, los libros y documentales de Gerald Durrell de los años 70s habían dejado huella en la narrativa documental y los avances técnicos aplicados a esta narrativa amena hicieron el resto. Las producciones de la BBC, ABC y THAMES experimentaban con toda suerte de recursos técnicos que más tarde o más temprano resultaban familiares también para el público de cine comercial.
Yo destacaría dos: por un lado, las tomas fotográficas desde múltiples ángulos que permitían girar alrededor de un motivo congelado en el instante fotográfico (una especie de foto fija más allá del 3D estereoscópico, escultórica y tridimensional) y que pudimos admirar en la publicidad del modelo Corsa de Opel y a las que nos acostumbramos, con ayuda de los programas de gráfcos en 3D, en filmes como Matrix.
Por otra parte estarían los avances en cámaras de alta velocidad (lo que paradójicamente se denominaba popularmente "cámara lenta") y técnicas de stop-motion y time-lapse para adaptar los vertiginosos movimientos de la naturaleza a nuestra precisa observación o, al contrario, para ir más allá de los límites de nuestra paciencia y mostrarnos las bellas coreografías de las formas vivas aparentemente estáticas.
Uno de los personajes que más ha contribuido en ello es Jim Frazier.
Algunos de los documentales asociados a la presencia de Sir David Attemborough más premiados han gozado de las imágenes capturadas por la habilidad tecnológica de Frazier, y recuerdo con especial interés uno que se tituló en nuestro país "El animal tras la cámara", dedicado al trabajo de Jim Frazer, Densey Cline y su colaborador John Young.

Densey Cline ya era famosa como fotógrafa naturalista que había publicado libros ilustrados con sus fotografías sobre botánica y flora australiana. Cuando formó pareja con Jim Frazier, éste empezó a interesarse por la fotografía y a colaborar con ella inventando artilugios como bancos ópticos mecanizados para facilitar la filmación en time-lapse del movimiento y crecimiento de flores y plantas, y su interés por la óptica le llevó a diseñar una espectacular combinación de lentes que durante mucho tiempo él mismo y el sector especializado denominaban "caja negra". Nadie sabía qué diseño óptico había en su interior, a no ser su autor. En todo caso, la lente de Frazier consigue una aproximación y aumento propias de un objetivo macro o un teleobjetivo, pero con una inusitada profundidad de campo propia de una focal muy corta. Se comporta como un gran angular que no acentúa la perspectiva del tamaño de los objetos situados en los primeros planos respecto a los planos más alejados, y el resultado es espectacular. Todavía recuerdo cuánto me impresionó, viendo "El animal tras la cámara", contemplar cómo una oruga de casi metro y medio se paseaba ante David Attemborough hasta que el naturalista caminaba hacia el animal desde lo que ahora podíamos reconocer como el fondo de la escena hasta que su rostro invadía la pantalla y señalaba a la extraña criatura que ahora podíamos comprobar que no era mayor que las yemas de sus dedos. 
Ya hace unos años que las lentes de Jim Frazier están patentadas y son fabricadas por  Panavision, así que ya es posible adquirirlas y desmontarlas para descubrir su misterioso secreto, o simplemente obtener espectaculares tomas de inusitada profundidad de campo.

Frazier y sus lentes, además de su gran labor como paciente observador del comportamiento animal, han dado al cine de naturaleza inolvidables momentos como la danza nupcial de cierta ave del paraíso, o del crecimiento y desarrollo de varias especies botánicas. Sin embargo, no cabe duda de que es la lente Frazier lo que le ha merecido el reconocimiento a su labor como cineasta, fotógrafo e inventor que revolucionó el modus operandi y la estética de las producciones documentales naturalistas desde finales de los años 80 del siglo XX hasta nuestros días.






Podéis entender mejor en qué consisten los "superpoderes" que nos otorgan las ópticas de Jim Frazier a través del siguiente video:






Y os ofrezco también un par de documentos audiovisuales sobre este personaje poco concido por el público no especializado pero que merece una ineludible mención en nuestro espacio dedicado a los encuentros entre arte, ciencia y tecnología, un lugar en el que la fotografía y las técnicas que derivan de ella son fundamentales para entender lo que dice la voz del animal invisible.









close up on wild life

http://youtu.be/ppDcxKtT0Fo


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